Cartas
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LA VANGUARDIA 21/05/2012
Montse Izquierdo
Barcelona
El 14 de mayo del 2012 se publicó en La Contra una interesante entrevista a Iroise Dumontheil ("Sin la insensatez adolescente nos habríamos extinguido"), considerada una estudiosa del cerebro de los adolescentes. Como madre de adolescente, la lectura fue enriquecedora. Nos permitió constatar que la mayoría de los padres debemos afrontar situaciones muy comunes, pero nuevas para los progenitores que no somos neurocientíficos, sino sencillamente padres.
Cierto es que "la incapacidad para planificar y para medir las consecuencias de los propios actos a largo plazo" hace que los padres nos enfrentemos a un dilema: dejar que aprendan de sus propios fracasos y abstenernos, pese a que nos cueste, a la tan odiada frase: "Ya te lo advertí", o bien insistir, aunque a veces tengamos la sensación de monólogo más que de diálogo con los hijos, en el hecho de que, como indica Dumontheil, su destino está en sus manos.
La cuestión es que la sociedad, en una situación económica crítica, que no valora la capacidad de esfuerzo y en que la inmediatez sin coste alguno es prioritaria, y los padres tenemos una dura tarea que afrontar: asumir las peculiaridades del cerebro adolescente, armarnos de paciencia e impedir, entre todos, que la inconstancia y la visión del día a día propia de la adolescencia se convierta, después de la adolescencia, en el virus de la próxima generación. En definitiva, los adolescentes son nuestro futuro y no podemos renunciar a tener una sociedad mejor que la nuestra.
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