sábado, 17 de julio de 2010
"Al niño se le hace creer que sus deseos son sus derechos"
Jorge Barudy, neuropsiquiatra, psiquiatra infantil y terapeuta familiar
IMA SANCHÍS - LA CONTRA - LA VANGUARDIA - 16/07/2010
Tengo 61 años. Nací en Chile y vivo en Vilanova i la Geltrú. Estoy casado por segunda vez, tengo tres hijos de mi primer matrimonio y una niña adoptada que tiene 5 años: lo más placentero de mi vida es educarla y estar con ella. Soy de izquierdas y agnóstico o era médico rural. Después de una experiencia de cárcel Y y de tortura en Chile, llegué como refugiado político a Bélgica en 1975 gracias a AI. Y allí estudió Psiquiatría. Fue una manera de reconstruirme. Me especialicé en los traumas provocados por la violencia política y por el entorno familiar.
Los malos tratos en la infancia, dice su currículum.
Más bien los buenos tratos. Considero que los malos tratos son una excepción; la mayoría intenta tratar bien a sus hijos, lo que pasa es que ser madre o padre es un desafío.
¿Cuál es el mayor de los desafíos?
Poder aportar a los niños de forma continua cuidados y estímulos para su desarrollo, afectividad, educación; y ayudarles a integrar una imagen de sí mismos contributiva y positiva que les permita ser seres sociales.
Ahora está de moda hacer de los niños ciudadanos en lugar de personas.
Sin duda los modelos de crianza están muy influenciados por la cultura dominante del momento. Y hay una confusión entre derecho de los niños y libre albedrío.
¿A qué se refiere?
Ahora se fomenta el deseo en el niño desde muy pequeño porque el modelo de mercado necesita consumidores. Al niño se le hace creer que sus deseos son sus derechos, que desear es un valor fundamental.
Perverso.
Sí, se le fomenta el tenerlo todo y ser diferente al mismo tiempo, el resultado es lo que vemos a nuestro alrededor: niños, adolescentes y jóvenes muy egocéntricos que, en general, no respetan la autoridad.
¿Cómo ejercer la autoridad?
La autoridad se gana si uno tiene la capacidad de decir no sin miedo, sabiendo que es bueno para el niño restringir algunas libertades en un momento determinado.
¿Debemos leer muchos libros de psicología para ser buenos padres?
Los modelos de parentalidad se adquieren viviendo, los adquieres de tus padres.
Entonces repetimos y no avanzamos.
Hay elementos del modelo de tus padres que tú interiorizas pero que afortunadamente vas recreando y comparando con la familia del vecino, de tus amigos o con lo que lees. Así vas creando tu propio modelo.
Eso parece más interesante.
Si vives en un sistema muy cerrado, no tienes posibilidad de comparar y el riesgo de repetición es grande; pero si tienes la posibilidad de vivir en un sistema más abierto, puedes decir: "Esto no es lo que yo quiero".
Resiliencia.
Sí, que emerge de vivir experiencias alternativas, nuevos modelos de identificación. He tenido niños de 5 años en mi consulta que me han dicho: "Yo no quiero ser como mi papá". No todos los hijos de padres incompetentes repiten la incompetencia.
Ese era uno de los absurdos de la psicología: condenar a los hijos que han sido maltratados a ser maltratadores.
Sí, uno de tantos absurdos que yo he denunciado. El 40% de las teorías psicológicas son creencias transformadas en paradigma.
¿Qué más debemos saber los padres?
Que las capacidades fundamentales para ser padre o madre competentes son el apego y la empatía. La investigación en neurociencia muestra que la carencia afectiva y el estrés en la primera infancia provocan una desorganización del cerebro emocional o una atrofia que hace que se reduzcan las capacidades de ser empático.
Por mucho que lo digan los neurólogos, me rebela asumir que a partir de los tres años las cosas no tengan remedio.
Las carencias afectivas y el estrés provocan daños, pero tiene usted algo de razón en que no hay que negar la esperanza, porque el cerebro tiene una plasticidad estructural maravillosa, y yo soy testigo de ello.
También hay mucho niño malcriado.
El buen consumidor tiene poco control de la frustración. Es muy curioso ver a niños que ante un capricho dicen: "¡Es que lo necesito!", han interiorizado que es una necesidad y, a menudo, los padres ceden porque la presión es enorme y tienen poco tiempo para modular el conflicto, ya que el sistema impone que todo sea rápido y eficaz.
Nosotros somos el sistema.
Otro de los valores básicos es el hedonismo, con lo cual, esa parte poco divertida de educar la vivimos mal, incluso como culpa.
¿Presencia y coherencia?
... Y modelos de crianza, hay que abrirse al diálogo con otras madres y padres y con buenos profesionales. No puedes ser un buen padre si no confías en una red social. Otra pauta importante pero difícil es saber que lo que no hacemos bien con nuestros hijos tiene mucho que ver con lo que nuestros padres no hicieron bien con nosotros, y eso nos da la oportunidad de corregirlo.
¿Por qué cree que hay tantos niños con déficit de atención?
Se diagnostica en exceso. El déficit atencional es la manifestación de una mente desorganizada que puede ser por estrés, por carencias afectivas o por exceso de estimulación afectiva, que quiere decir darle al niño todo lo que quiere. De todos los casos diagnosticados, se estima que sólo un 8% tiene que ver con una carga genética.
¿La manera en que tu hijo se comportará en la adolescencia es una lotería?
No, detrás de un adolescente constructivo y feliz hay unos padres que se lo han currado, han estado presentes y han educado.
El desafío
Fue uno de los 80.000 torturados por Pinochet. Cuando se exilió a Bélgica fundó la ONG EXIL, para la atención médicopsicosocial de las víctimas de violaciones de derechos humanos, y el Instituto de Formación e Investigación sobre la Violencia (IFIV), pero la mayor parte de su bibliografía está dedicada a la infancia. Su último título, Los desafíos invisibles de ser madre o padre (Ed. Gedisa), analiza las competencias parentales, la capacidad de apegarse y empatizar. En su consulta trabaja los problemas del niño conjuntamente con los padres, "porque la neurociencia nos ha enseñado que los desajustes infantiles tienen que ver con su interacción con su entorno: su padre, su madre, el colegio...".
Etiquetas:
competències parentals,
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hedonisme,
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neuroeducació,
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