lunes, 28 de febrero de 2011

Antes y después de conocer el cerebro




Entrevista de Eduard Punset con Carlos Belmonte, Instituto de
Neurociencias de Alicante. Barcelona, 14 de enero de 2011.






Vídeo del programa:


http://www.redesparalaciencia.com/redes-85-antes-y-despues-de-conocer-el-cerebro


Lo más sencillo es empeorar el cerebro y muy difícil mejorarlo.


Carlos Belmonte




Eduard Punset:


Estamos en la Llotja de Mar. Es la antigua lonja. Durante siglos se vendía pescado aquí y
después fue Bolsa, antes de que nos diera cobijo para hacer nuestra entrevista a Carlos,
nuestra reflexión conjunta, no tanto sobre, como hemos hecho tantas veces, sobre el pasado
del cerebro y sus patologías y sus tropelías, a veces, ¿no?, como para hablar un poco del
futuro. Lo que me gustaría es que habláramos un poco, que reflexionáramos sobre el impacto
social de la nueva, llamémosla “neurociencia”. Yo te he oído mencionar y te he leído que uno
de los espacios más afectados va a ser el de la Administración de Justicia, en el sentido de que
estamos aprendiendo determinadas cosas del cerebro que nos llevan a no fiarnos en absoluto
del testimonio de un testigo que en un juicio se supone que tiene que decidir en un sentido u
en otro la justicia, ¿no? ¿Qué hay de esto?



Carlos Belmonte:


Yo estoy de acuerdo, vamos, diría que el cambio va a ser casi dramático. Yo creo que la
justicia del futuro se tiene que orientar no a castigar al que ha actuado de una determinada
manera porque ha actuado de una manera que se considera mala socialmente sino a entender
cuál es el problema que determina esa conducta en términos biológicos, en términos de
funcionamiento cerebral, y saber si es reversible o no. Si se puede arreglar, se arregla. Si
tenemos las herramientas para poder modificarla, pues se arregla y si no…



Eduard Punset:


¿Y si no?



Carlos Belmonte:


Pues habrá que aislarlos pero no nos venguemos de ellos.



Eduard Punset:


Fíjate, he visto hace poco una cifra que me ha alarmado: un 30% de los internos en las
cárceles…



Carlos Belmonte:


En las prisiones, sí.



Eduard Punset:


En las prisiones, en Estados Unidos, resulta que son psicópatas en el sentido de que tienen
alguna alteración… En la órbita frontal, ¿no?



Carlos Belmonte:


Sí. Absolutamente. Ése es el problema y probablemente estamos afinando poco… Es decir,
son personas que, por razones diversas que podemos comentar, el desarrollo de su corteza
órbito-frontal en particular, del lóbulo frontal de las áreas del cerebro que se encargan de la
empatía, de la valoración de nuestras conductas, de la inhibición de nuestras conductas,
etcétera, están mal…, los circuitos no…



Eduard Punset:


Mal gestionados.



Carlos Belmonte:


Mal gestionados, no funcionan adecuadamente… o simplemente ha habido daños o se han
organizado de una manera que socialmente es inaceptable, entonces esas personas van a tener
una conducta patológica pero, claro, yo creo que es importante ser capaces de distinguir eso,
ver que determinadas conductas son casi imposibles de controlar por la propia…, porque es el
propio cerebro que funciona mal el que tiene que controlar eso y lo que falla son esos
sistemas.



Eduard Punset:


Mi pregunta sobre esto es la de saber si existe una tabla de salvación, ¿no?, para mucha gente
que, probablemente, no tienen empatía o, mejor, no la gestionan bien porque nadie les ha
enseñado nada… Entonces, aquí tenemos una falta de empatía por falta de educación.
Seguramente, es mi pregunta: ¿Cabe educar a alguien en los temas de empatía y de otras
emociones?




Carlos Belmonte:


Yo creo… Vamos, el cerebro es muy plástico afortunadamente, es decir, tiene mucha
capacidad de aprendizaje
. Los períodos infantiles son críticos en ese desarrollo porque, al
final, estamos hablando de formación de circuitos y conexiones que, por supuesto, tienen una
plasticidad a lo largo de la vida pero limitada en el desarrollo, y sobre todo cuando cruza uno
la frontera de los 22, 23 años, que es cuando se produce el recorte final de las conexiones
sinápticas en el cerebro
, a partir de ahí, circuitos con una base emocional profunda y que son

muy primarios en nuestra…, en nuestro desarrollo del cerebro y, por lo tanto, son muy
dependientes genéticamente, es decir, están muy pre-impresos…



Eduard Punset:


¿Me estás diciendo que a los 25 años, más o menos, termina la fabricación de este…?



Carlos Belmonte:


Hombre, tanto como terminar no, pero en gran medida… Bueno, lo que pasa es que tampoco,
como en todo, no hay que ser muy drástico. Por ejemplo, una de las cosas que se ha visto es
que en la…, esa interpretación de las caras, de la empatía, aumenta con la edad, o sea que a
medida que uno se va haciendo mayor, lo hace mejor. O sea que se está aprendiendo durante
períodos mucho más tardíos de la vida. La edad a la que me refiero, que es la de la
adolescencia
, es que es un momento muy crítico en…, en realmente la conformación de lo

que va a ser la estructura de la corteza órbito-frontal en el sentido amplio, cercana a las
grandes…, los grandes valores de cómo se organiza. Entonces… Por eso la adolescencia es un
período tan crítico
, ¿no?




Eduard Punset:


Una de las primeras cosas de las que me he dado cuenta al reflexionar sobre el futuro del
cerebro, nuestro cerebro, es que el consumo de analgésicos de los ciudadanos aumenta a una
tasa inverosímil, corrígeme si estoy equivocado, del 20% anual.



Carlos Belmonte:


Efectivamente.



Eduard Punset:


O sea que, si esto es cierto, resulta que, bueno, el dolor de cabeza en este caso, o de lo que
sea, se ha convertido realmente en un problema social, en algo que debiéramos pararnos y
pensar un poco qué hacemos con el dolor de la gente.



Carlos Belmonte:


Es que ha sido siempre un problema, lo que pasa es que frente a la incapacidad de resolverlo
pues las doctrinas religiosas y sociales predicaban la resignación. Y ahora yo creo que la
ciencia lo que dice es que el dolor es básicamente innecesario. Una vez ha cubierto su

objetivo principal que es avisar de que hay algún problema, que hay una lesión, que hay un
daño, pero una vez se sabe eso, el dolor hay que eliminarlo. La actitud científica hoy día es:
“eliminemos el dolor siempre que sea posible”. Lo que pasa es que lo padece un 15% de la
población, es decir…



Eduard Punset:


Oye, o sea, vamos a ver, Carlos, cuando me duele una muela, lo primero, supongo, es que la
supuesta inflamación en la muela es transmitida como una señal de alarma al cerebro…


Carlos Belmonte:


Efectivamente.


Eduard Punset:


Y dice: “Eduardo, atención, tienes dolor, haz algo.” Y lo que tú me estás diciendo es que antes
lo que decíamos es: “Lo siento, resígnate. No lo toques. Hasta es bueno para la otra vida.” Y
ahora, en cambio, podemos combatir ese dolor y debemos combatirlo. ¿Cómo?



Carlos Belmonte:


Bien, efectivamente, podemos y debemos, porque tú lo has dicho, una vez se ha cubierto ese
objetivo de alarma, el dolor sostenido, el dolor crónico acaba convirtiéndose en un problema
per se, es decir, llega un momento en que la causa original deja de tener importancia y el
problema es el dolor. Y hoy día el dolor más grave es lo que se llama el “dolor neuropático”,
que es el dolor que se deriva de un mal funcionamiento del sistema de dolor en el sistema
nervioso. Entonces, eso, es el gravísimo problema, el peor resuelto de los temas de dolor
porque es verdad que hoy día tratamos de manera satisfactoria un gran número de dolores. Tú
has dicho: “te duele la muela, Eduardo”, pero te tomas una aspirina o un analgésico
inmediatamente. Yo diría que el 70% de los dolores, y todos los dolores triviales, se quitan
con fármacos que actúan fundamentalmente a nivel más periférico, tipo los antiinflamatorios,

todos los antiinflamatorios no esteroideos, que son los más frecuentes, y luego algunos con
una acción central pero que no son opiáceos.



Eduard Punset:


Pero tengo un amigo médico que me dice que en realidad podríamos utilizar en mucha mayor
medida la morfina…



Carlos Belmonte:


Cierto.



Eduard Punset:


Y que el único peligro que tiene la morfina, no sé si eso es cierto, es que en un momento dado
te puede provocar un corte en la respiración. ¿Es verdad eso o…?



Carlos Belmonte:


Sí. Es decir, el problema de la morfina dada de manera crónica… Primero, es diferente
cuando se toma para tratar el dolor que cuando se toma como una droga de abuso o de recreo.
Y entonces los dos problemas son la tolerancia, es decir, cada vez hay que dar más para
obtener el efecto y se llega a producir… y luego empieza, a partir de unas determinadas
concentraciones, a tener efectos secundarios, incluyendo que deprime la respiración, reduce
mucho la actividad gastrointestinal, es decir, tiene problemas pero, por razones casi más
culturales que médicas, los médicos hemos tenido una cierta resistencia a utilizar la morfina.
Y sigue… Y la OMS ha advertido de la falta de uso de morfina en cierto tipo de dolores,
sobre todo dolores terminales, dolores crónicos muy intensos, dolores cancerosos, que no se
está dando ni en las concentraciones ni en las dosis adecuadas, quiero decir, ni con la rapidez
adecuada.



Eduard Punset:


No sin antes recordar que, realmente, hay gran parte del dolor que es innecesario porque
podríamos aliviarlo, podríamos suprimirlo e incluso los médicos tienen una cierta reticencia
heredada a…



Carlos Belmonte:


Es cultural. Es que insisto, nuestra tradición de la manera de resolver un problema que era
irresoluble, es decir, eso de alguna manera, te dignifica el dolor. Lo has comentado tú, la
posición judeocristiana ha sido esa. Entonces, el sufrimiento, de alguna manera, nos sirve para
trascender. Desde un punto de vista científico no estamos en absoluto de acuerdo con esa
aproximación.



Eduard Punset:


Y una cosa que es…, que también me fascina y que hace todo esto posible es ver que frente a
incitaciones o móviles externos, la gente reacciona igual o de forma muy parecida o sea que
es muy curioso ver, constatar, la similitud en el cerebro de la gente a pesar de lo distintos que
suelen ser, o sea, las decisiones son muy similares cuando lo que la provoca es una cosa y no
otra.



Carlos Belmonte:


Claro porque es que en muchas de nuestras respuestas, sobre todo ésas que todo el mundo
responde igual es que, al final, si uno lo analiza, estamos respondiendo a las presiones
evolutivas… Es decir, somos animales que están respondiendo a las dos grandes direcciones
de supervivencia y reproducción, que es lo que guía al final a todas las especies.
Entonces, en

determinadas situaciones, cuanto más se acercan a eso, más homogéneas son las respuestas. Y
además más resonancia hay entre los miembros del grupo, ¿no?, porque se están manejando
los mismos elementos. Cuanto más primarios…



Eduard Punset:


Evolutivos…



Carlos Belmonte:


Claro, y cuanto más primarios, más elemental es la reacción frente a la amenaza, el peligro, el
miedo, todas esas sensaciones o emociones muy primarias dan lugar a respuestas bastante
estereotipadas dentro de todo.




Eduard Punset:


Muy bien. O sea, hemos visto que el inconsciente se las trae, que tiene una fuerza vamos, que
puede protagonizar procesos cognitivos de una complejidad que ni habíamos soñado, ¿no?, y
eso da cauce al neuromarketing y la neuroeconomía y todo lo que quieras. Déjame preguntarte
otra cosa y estoy viendo la máquina… ¿Qué o cuáles son las conexiones entre… o las
interacciones entre el cerebro y las máquinas?


Carlos Belmonte:


Es un nuevo campo, uno de los grandes caminos que se le abren a la neurociencia desde
muchos puntos de vista. Entender el cerebro implica encontrar los circuitos que sustentan
nuestros procesos más complejos: cognitivos, emocionales, sensitivos, de todo tipo.
Y para

poder entender cómo cien mil millones de neuronas, que se conectan entre sí casi mil veces
unas con otras, están interaccionando en niveles de milisegundos, sólo se puede comprender
en términos cuantitativos utilizando ordenadores, es decir, hay que pensar que el futuro
probablemente de la investigación del cerebro, a medida que vayamos profundizando en
identificar los circuitos y en ver cómo funcionan sus diferentes elementos, la manera de
modelizarlos va a tener que ser a través de máquinas, de ordenadores…



Eduard Punset:


Con prótesis y…



Carlos Belmonte:


Bueno, registrando actividad dentro del cerebro. Eso, por una parte, pero luego hay otra parte
que es absolutamente fundamental que es que en última instancia el cerebro es una máquina
que funciona con impulsos eléctricos que se pueden registrar y es posible conectarlos con una
máquina exterior y yo, personalmente, creo que la interacción entre el cerebro manejando
máquinas, es decir, sustituyendo o aumentando sus capacidades, conectándose con máquinas
que pueden ser desde mecánicas hasta otros, ordenadores, pues tiene unas posibilidades
brutales
y ya las está empezando a tener, es decir, se están empezando a hacer… Registrando

cincuenta neuronas en la corteza cerebral de un mono se consigue que maneje un brazo
artificial con la misma destreza con la que manejaría su propio brazo.


Eduard Punset:


¿Yo podría, podría, un día, eh, dentro de cien años, saber lo que estás pensando ahora en este
momento?



Carlos Belmonte:


Hombre, a mí, soy muy poco, muy poco partidario de hacer profecías en ciencia…



Eduard Punset:


Sí, pero…



Carlos Belmonte:


Bueno, porque uno se equivoca pero, en principio, considerando que…, estar pensando, lo
que para mí quiere decir es que una serie de circuitos en mi cerebro están funcionando. Si
tenemos la capacidad de registrar esa actividad y procesarla por un sistema coherente como
sería un ordenador, por supuesto que se podría, digamos, hacer el equivalente a mi
pensamiento porque luego ya la experiencia subjetiva es algo que es imposible de transmitir
pero si yo consigo reproducir en una máquina exactamente lo mismo y las respuesta son las
mimas pues es el nivel de análisis al que puede llegar la ciencia en esto y en otras tantas
cosas.



Eduard Punset:


Estaba pensando que qué sería de los políticos y de la política si hubiera esta facilidad de…



Carlos Belmonte:


Bueno, ya sabes que uno de los grandes temas, hablabas antes de la justicia y de la influencia
en la justicia, es la utilización de recursos mecánicos o… para ver si un sujeto miente o no
miente y es un tema que está muy candente, ¿no? Ha habido algunos registros utilizando
imagen cerebral en los que se puede detectar que una persona miente fundamentalmente
presentándole, viendo que cuando se le presentan detalles de una situación que sólo él puede
conocer, pues se iluminan determinadas áreas cerebrales lo cual quiere decir…, se puede
saber que eso lo sabía aunque él niegue que lo sabía, por ejemplo. Hay una gran discusión de
hasta dónde se puede llegar con el uso de este tipo de técnicas. Evidentemente, hoy en día, no
podemos darles una fiabilidad. Lo que pasa es que nos vamos acercando asintóticamente a la
realidad, quiero decir, que se utilizan como pruebas más o menos sólidas los detectores de
mentiras cuya posibilidad de acierto es de un 50%, y bueno, la imagen cerebral
probablemente ya con todas las limitaciones que tiene todavía, pues se acerca más a detectar
con mayor precisión determinado tipo de cosas. No si miente o no miente pero si vio o no vio
una situación, por ejemplo, cosas así.



Eduard Punset:


Es fascinante, ¿no?, ver cómo se ha avanzado en el conocimiento del cerebro…



Carlos Belmonte:


Es espectacular, realmente, es espectacular.



Eduard Punset:


No hay otro campo igual, realmente.



Carlos Belmonte:


Yo creo que no. Yo creo que en este momento, sinceramente, es el gran desafío y el gran
avance y yo creo que va a ser el gran cambio de la sociedad del siglo XXI, sin duda.

El talento para quien se lo trabaja.

GASPAR HERNÁNDEZ EPS EL PAÍS 27/02/2011


Podemos pensar que si no tenemos el gen del talento no hay nada que hacer o ponernos manos a la obra. Sin duda, el trabajo y la constancia son las mejores formas de provocarlo.

"Flaubert me enseñó que el talento es una disciplina tenaz y una larga paciencia", escribió Mario Vargas Llosa en el discurso de aceptación del Nobel de Literatura. Un año antes, en Cartagena de Indias, había explicado que Flaubert empezó siendo un mal escritor, un mero imitador, y que para ser el genio que fue se impuso una disciplina de galeote. "Yo llegué a la conclusión", dijo el escritor peruano, "de que si uno no lo tenía se lo podía provocar a base de trabajo". El protagonista de la novela de Javier Cercas La velocidad de la luz (Tusquets), Rodney Falk, opina lo mismo: "El talento no se tiene, sino que se conquista". Lo contrario de lo que afirmó Oscar Wilde, quien quizá afirmó demasiadas cosas: "Lo que no te dé la naturaleza, no se puede aprender".


"No hay ningún tipo de célula que posean los genios y no tengamos el resto.La diferencia es trabajar más que los demás"


"Cuanto más miran los psicólogos las carreras de los mejor dotados, menor les parece el papel del talento innato"

¿Qué dicen los expertos? Dan Coyle, que ha investigado dónde y cómo florece el genio en el mundo, sostiene en el libro Las claves del talento (Zenith) que este no tiene tanto que ver como creíamos con los genes. Según él, se cultiva. En cambio, Malcolm Gladwell, periodista de The Washington Post y The New Yorker que también ha investigado sobre el tema -Fueras de serie (Taurus)-, se pregunta: ¿Existe de forma innata? Y él mismo dice: "La respuesta obvia es que sí". Gladwell, muy americano, investiga también el éxito, y afirma: "El éxito es talento más preparación. Pero cuanto más miran los psicólogos las carreras de los mejor dotados, menor les parece el papel del talento innato. Y mayor el que desempeña la preparación".

Pero ¿de qué estamos hablando cuando hablamos de esta aptitud? Según el filósofo y pedagogo José Antonio Marina, talento es "la inteligencia triunfante". Es, pues, la inteligencia "que resuelve los problemas y avanza con resolución", explica Marina en su último libro, La educación del talento (Ariel). Puesto que hay muchas inteligencias diferentes, según Marina, también hay muchos genios distintos: musicales, científicos, financieros, atléticos, etcétera, cada uno de los cuales supone un especial tipo de destreza. "No todos valemos para todo".

Resolver y avanzar

"La excelencia es un hábito"(Aristóteles)

El científico Robert J. Sternberg, uno de los más reputados expertos actuales en temas de inteligencia, denomina "inteligencia exitosa" a lo que Marina llama talento. Es decir, la inteligencia que se emplea para lograr objetivos importantes. Más amplia que lo que miden los tests de inteligencia porque incluye la gestión de las emociones, la tenacidad, el esfuerzo o la resistencia a la frustración. Las personas que poseen esa aptitud básica no dependen demasiado de las motivaciones externas, sino que saben automotivarse; aprenden a controlar sus impulsos; saben cuándo perseverar y cuándo cambiar de objetivo; saben sacar el máximo provecho de sus capacidades; completan las tareas, tienen iniciativa, no dejan las cosas para otro día...

¿Qué papel desempeña el trabajo duro en la consecución del talento? Prácticamente lo es todo. Aunque desde Darwin la forma tradicional de considerarlo, según Dan Coyle, ha sido esta: los genes (la naturaleza) y el entorno (la educación) se combinan para convertirnos en lo que somos. "Es un método popular", afirma Coyle, "pero cuando se trata de explicar el talento humano, es un modelo vago". Según el escritor, pensar que esta cualidad procede de los genes y el entorno es como pensar que las galletas proceden del azúcar, la harina y la mantequilla: es bastante cierto, pero inútil.


La regla de las 10.000 horas

"Salvo los tontos, los hombres no se diferencian mucho en cuanto a intelecto; solo en ahínco y trabajo duro" (Charles Darwin)

Investigadores como Anders Ericsson, Herbert Simon y Bill Chase sostienen que las grandes habilidades en cualquier campo -violín, matemáticas, ajedrez, etcétera- requieren aproximadamente de una década de práctica intensa. Incluso Boby Fischer, prodigio del ajedrez, necesitó practicar con ahínco durante nueve años para lograr, a los 17 años, el título de gran maestro. La regla de los 10 años, o de las 10.000 horas, implica que todas las habilidades se crean utilizando el mismo mecanismo fundamental. "No hay ningún tipo de célula que posean los genios y no tengamos el resto", sostiene Ericsson.

Junto con dos colegas de la Academia de Música de Berlín, Ericsson realizó, a principios de los años noventa, un estudio de referencia. Dividieron a los violinistas en tres grupos. En el primero estaban los estudiantes con un mayor potencial. En el segundo, aquellos juzgados simplemente como buenos. En el tercero, los estudiantes que tenían pocas probabilidades de llegar a tocar profesionalmente y pretendían ser profesores del sistema escolar público. A todos les preguntaron: ¿en el curso de toda su carrera, cuántas horas ha practicado en total? Todos habían empezado a tocar aproximadamente a la misma edad, alrededor de los cinco años; en aquella fase temprana, aproximadamente la misma cantidad de horas, unas dos o tres por semana. Las diferencias surgían a partir de los ocho años. Los estudiantes que terminaban como los mejores de su clase empezaban por practicar más que todos los demás, y a los veinte practicaban por encima de las 30 horas semanales. Los intérpretes de élite habían acumulado 10.000 horas de práctica cada uno. En contraste, los estudiantes buenos a secas habían sumado 8.000 horas. Y los futuros profesores de música, poco más de 4.000.

El mismo patrón se repitió con pianistas profesionales. Lo más llamativo del estudio de Ericson, según cuenta Gladwell en Fueras de serie, es que no encontró músicos natos que flotaran sin esfuerzo hasta la cima practicando una fracción del tiempo que necesitaban sus pares. "Tampoco encontraron obreros romos a los que, trabajando más que nadie, lisa y llanamente les faltara el talento necesario para hacerse un lugar en la cumbre. Una vez que un músico ha demostrado capacidad suficiente para ingresar en una academia superior de música, lo que distingue a un intérprete virtuoso de otro mediocre es el esfuerzo que cada uno dedica a practicar. Y eso no es todo", concluye Gladwell; "los que están en la misma cumbre trabajan mucho, mucho más que todos los demás".

Vayamos al cerebro. Y, por una vez, no relacionemos las famosas neuronas y talento. Cada vez son más los neurólogos que consideran a la mielina -mucho menos estudiada que las neuronas- como la clave de la adquisición de habilidades. Toda habilidad humana, ya sea jugar al fútbol, pintar o interpretar a Bach, proviene de una cadena de fibras nerviosas que transmiten un diminuto impulso eléctrico. La mielina rodea las fibras nerviosas. Permite que la señal sea más veloz y fuerte porque impide que se escapen del circuito los impulsos eléctricos. Cuando practicamos, esta lipoproteína responde cubriendo el circuito neural y añadiendo, en cada nueva capa, habilidad y velocidad. Es como conseguir una especie de línea de banda ancha: se multiplica por 3.000 la capacidad de procesamiento de la información.

Práctica y Mielina

"El talento es algo bastante corriente. No escasea la inteligencia, sino la constancia" (Doris Lessing)

En 2005 se escaneó el cerebro de varios concertistas de piano y se descubrió una relación directamente proporcional entre las horas de práctica y esta materia blanca. Cuanto más se activa el nervio, mayor es la cantidad de esta lipoproteína que lo envuelve. Pero, como sostiene Dan Coyle, no se forma para responder a ideas vagas, a información que nos lava como una ducha caliente. Se crea para responder a acciones concretas. Es necesaria la práctica intensa. Teniendo en cuenta una aparente paradoja: aquellas experiencias en las que al principio cometemos más errores, errores que nos obligan a ir más despacio, son las que nos hacen más talentosos.

"Las cosas que hoy parecen ser obstáculos se convierten a la larga en aconsejables", sostiene Robert Bjork, catedrático de psicología de la Universidad de California. De él es el siguiente ejemplo: pongamos que por enésima vez viajamos en avión y observamos a la azafata mientras nos enseña cómo ponernos el chaleco salvavidas. Parece un disco rayado. Pero ¿sabríamos hacerlo en un momento de urgencia?

Bjork sostiene que lo ideal sería, en vez de observar a la azafata, ponernos directamente el chaleco y practicar (menudo espectáculo se organizaría en el avión). Practicar. Aprender. Cometer errores. Así se logra el talento. Volviéndolo a intentar. Fracasando otra vez. Fracasando mejor.

sábado, 26 de febrero de 2011

Un mundo distraído. "Superficiales. ¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes?" de Nicholas Carr

La tercera parte de la población mundial ya es 'internauta'. La revolución digital crece veloz. Uno de sus grandes pensadores, Nicholas Carr, da claves de su existencia en el libro 'Superficiales. ¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes?' El experto advierte de que se "está erosionando la capacidad de controlar nuestros pensamientos y de pensar de forma autónoma".
BÁRBARA CELIS EL PAÍS 29/01/2011

El correo electrónico parpadea con un mensaje inquietante: "Twitter te echa de menos. ¿No tienes curiosidad por saber las muchas cosas que te estás perdiendo? ¡Vuelve!". Ocurre cuando uno deja de entrar asiduamente en la red social: es una anomalía, no cumplir con la norma no escrita de ser un voraz consumidor de twitters hace saltar las alarmas de la empresa, que en su intento por parecer más y más humana, como la mayoría de las herramientas que pueblan nuestra vida digital, nos habla con una cercanía y una calidez que solo puede o enamorarte o indignarte. Nicholas Carr se ríe al escuchar la preocupación de la periodista ante la llegada de este mensaje a su buzón de correo. "Yo no he parado de recibirlos desde el día que suspendí mis cuentas en Facebook y Twitter. No me salí de estas redes sociales porque no me interesen. Al contrario, creo que son muy prácticas, incluso fascinantes, pero precisamente porque su esencia son los micromensajes lanzados sin pausa, su capacidad de distracción es enorme". Y esa distracción constante a la que nos somete nuestra existencia digital, y que según Carr es inherente a las nuevas tecnologías, es sobre la que este autor que fue director del Harvard Business Review y que escribe sobre tecnología desde hace casi dos décadas nos alerta en su tercer libro, Superficiales. ¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes? (Taurus).
Nicholas Carr

Nicholas Carr

ENTREVISTA DIGITAL - 31-01-2011

Babelia 1001 - Autor de 'Superficiales: ¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes?'.

"Aún no somos conscientes de todos los cambios que van a ocurrir cuando realmente el libro electrónico sustituya al libro"


Cuando Carr (1959) se percató, hace unos años, de que su capacidad de concentración había disminuido, de que leer artículos largos y libros se había convertido en una ardua tarea precisamente para alguien licenciado en Literatura que se había dejado mecer toda su vida por ella, comenzó a preguntarse si la causa no sería precisamente su entrega diaria a las multitareas digitales: pasar muchas horas frente a la computadora, saltando sin cesar de uno a otro programa, de una página de Internet a otra, mientras hablamos por Skype, contestamos a un correo electrónico y ponemos un link en Facebook. Su búsqueda de respuestas le llevó a escribir Superficiales... (antes publicó los polémicos El gran interruptor. El mundo en red, de Edison a Google y Las tecnologías de la información. ¿Son realmente una ventaja competitiva?), "una oda al tipo de pensamiento que encarna el libro y una llamada de atención respecto a lo que está en juego: el pensamiento lineal, profundo, que incita al pensamiento creativo y que no necesariamente tiene un fin utilitario. La multitarea, instigada por el uso de Internet, nos aleja de formas de pensamiento que requieren reflexión y contemplación, nos convierte en seres más eficientes procesando información pero menos capaces para profundizar en esa información y al hacerlo no solo nos deshumanizan un poco sino que nos uniformizan". Apoyándose en múltiples estudios científicos que avalan su teoría y remontándose a la célebre frase de Marshall McLuhan "el medio es el mensaje", Carr ahonda en cómo las tecnologías han ido transformando las formas de pensamiento de la sociedad: la creación de la cartografía, del reloj y la más definitiva, la imprenta. Ahora, más de quinientos años después, le ha llegado el turno al efecto Internet.
Pero no hay que equivocarse: Carr no defiende el conservadurismo cultural. Él mismo es un usuario compulsivo de la web y prueba de ello es que no puede evitar despertar a su ordenador durante una breve pausa en la entrevista. Descubierto in fraganti por la periodista, esboza una tímida sonrisa, "¡lo confieso, me has cazado!". Su oficina está en su residencia, una casa sobre las Montañas Rocosas, en las afueras de Boulder (Colorado), rodeada de pinares y silencio, con ciervos que atraviesan las sinuosas carreteras y la portentosa naturaleza estadounidense como principal acompañante.

PREGUNTA. Su libro ha levantado críticas entre periodistas como Nick Bilton, responsable del blog de tecnología Bits de The New York Times, quien defiende que es mucho más natural para el ser humano diversificar la atención que concentrarla en una sola cosa.

RESPUESTA. Más primitivo o más natural no significa mejor. Leer libros probablemente sea menos natural, pero ¿por qué va a ser peor? Hemos tenido que entrenarnos para conseguirlo, pero a cambio alcanzamos una valiosa capacidad de utilización de nuestra mente que no existía cuando teníamos que estar constantemente alerta ante el exterior muchos siglos atrás. Quizás no debamos volver a ese estado primitivo si eso nos hace perder formas de pensamiento más profundo.

P. Internet invita a moverse constantemente entre contenidos, pero precisamente por eso ofrece una cantidad de información inmensa. Hace apenas dos décadas hubiera sido impensable.

R. Es cierto y eso es muy valioso, pero Internet nos incita a buscar lo breve y lo rápido y nos aleja de la posibilidad de concentrarnos en una sola cosa. Lo que yo defiendo en mi libro es que las diferentes formas de tecnología incentivan diferentes formas de pensamiento y por diferentes razones Internet alienta la multitarea y fomenta muy poco la concentración. Cuando abres un libro te aíslas de todo porque no hay nada más que sus páginas. Cuando enciendes el ordenador te llegan mensajes por todas partes, es una máquina de interrupciones constantes.

P. ¿Pero, en última instancia, cómo utilizamos la web no es una elección personal?

R. Lo es y no lo es. Tú puedes elegir tus tiempos y formas de uso, pero la tecnología te incita a comportarte de una determinada manera. Si en tu trabajo tus colegas te envían treinta e-mails al día y tú decides no mirar el correo, tu carrera sufrirá. La tecnología, como ocurrió con el reloj o la cartografía, no es neutral, cambia las normas sociales e influye en nuestras elecciones.

P. En su libro habla de lo que perdemos y aunque mencione lo que ganamos apenas toca el tema de las redes sociales y cómo gracias a ellas tenemos una herramienta valiosísima para compartir información.

R. Es verdad, la capacidad de compartir se ha multiplicado aunque antes también lo hacíamos. Lo que ocurre con Internet es que la escala, a todos los niveles, se dispara. Y sin duda hay cosas muy positivas. La Red nos permite mostrar nuestras creaciones, compartir nuestros pensamientos, estar en contacto con los amigos y hasta nos ofrece oportunidades laborales. No hay que olvidar que la única razón por la que Internet y las nuevas tecnologías están teniendo tanto efecto en nuestra forma de pensar es porque son útiles, entretenidas y divertidas. Si no lo fueran no nos sentiríamos tan atraídos por ellas y no tendrían efecto sobre nuestra forma de pensar. En el fondo, nadie nos obliga a utilizarlas.

P. Sin embargo, a través de su libro usted parece sugerir que las nuevas tecnologías merman nuestra libertad como individuos...

R. La esencia de la libertad es poder escoger a qué quieres dedicarle tu atención. La tecnología está determinando esas elecciones y por lo tanto está erosionando la capacidad de controlar nuestros pensamientos y de pensar de forma autónoma. Google es una base de datos inmensa en la que voluntariamente introducimos información sobre nosotros y a cambio recibimos información cada vez más personalizada y adaptada a nuestros gustos y necesidades. Eso tiene ventajas para el consumidor. Pero todos los pasos que damos online se convierten en información para empresas y Gobiernos. Y la gran pregunta a la que tendremos que contestar en la próxima década es qué valor le damos a la privacidad y cuánta estamos dispuestos a ceder a cambio de comodidad y beneficios comerciales. Mi sensación es que a la gente le importa poco su privacidad, al menos esa parece ser la tendencia, y si continúa siendo así la gente asumirá y aceptará que siempre están siendo observados y dejándose empujar más y más aún hacia la sociedad de consumo en detrimento de beneficios menos mensurables que van unidos a la privacidad.

P. Entonces... ¿nos dirigimos hacia una sociedad tipo Gran Hermano?

R. Creo que nos encaminamos hacia una sociedad más parecida a lo que anticipó Huxley en Un mundo feliz que a lo que describió Orwell en 1984. Renunciaremos a nuestra privacidad y por tanto reduciremos nuestra libertad voluntaria y alegremente, con el fin de disfrutar plenamente de los placeres de la sociedad de consumo. No obstante, creo que la tensión entre la libertad que nos ofrece Internet y su utilización como herramienta de control nunca se va a resolver. Podemos hablar con libertad total, organizarnos, trabajar de forma colectiva, incluso crear grupos como Anonymous pero, al mismo tiempo, Gobiernos y corporaciones ganan más control sobre nosotros al seguir todos nuestros pasos online y al intentar influir en nuestras decisiones.

P. Wikipedia es un buen ejemplo de colaboración a gran escala impensable antes de Internet. Acaba de cumplir diez años...

R. Wikipedia encierra una contradicción muy clara que reproduce esa tensión inherente a Internet. Comenzó siendo una web completamente abierta pero con el tiempo, para ganar calidad, ha tenido que cerrarse un poco, se han creado jerarquías y formas de control. De ahí que una de sus lecciones sea que la libertad total no funciona demasiado bien. Aparte, no hay duda de su utilidad y creo que ha ganado en calidad y fiabilidad en los últimos años.

P. ¿Y qué opina de proyectos como Google Books? En su libro no parece muy optimista al respecto...

R. Las ventajas de disponer de todos los libros online son innegables. Pero mi preocupación es cómo la tecnología nos incita a leer esos libros. Es diferente el acceso que la forma de uso. Google piensa en función de snippets, pequeños fragmentos de información. No le interesa que permanezcamos horas en la misma página porque pierde toda esa información que le damos sobre nosotros cuando navegamos. Cuando vas a Google Books aparecen iconos y links sobre los que pinchar, el libro deja de serlo para convertirse en otra web. Creo que es ingenuo pensar que los libros no van a cambiar en sus versiones digitales. Ya lo estamos viendo con la aparición de vídeos y otros tipos de media en las propias páginas de Google Books. Y eso ejercerá presión también sobre los escritores. Ya les ocurre a los periodistas con los titulares de las informaciones, sus noticias tienen que ser buscables, atractivas. Internet ha influido en su forma de titular y también podría cambiar la forma de escribir de los escritores. Yo creo que aún no somos conscientes de todos los cambios que van a ocurrir cuando realmente el libro electrónico sustituya al libro.
P. ¿Cuánto falta para eso?
R. Creo que tardará entre cinco y diez años.
P. Pero aparatos como el Kindle permiten leer muy a gusto y sin distracciones...
R. Es cierto, pero sabemos que en el mundo de las nuevas tecnologías los fabricantes compiten entre ellos y siempre aspiran a ofrecer más que el otro, así que no creo que tarden mucho en hacerlos más y más sofisticados, y por tanto con mayores distracciones.

P. El economista Max Otte afirma que pese a la cantidad de información disponible, estamos más desinformados que nunca y eso está contribuyendo a acercarnos a una forma de neofeudalismo que está destruyendo las clases medias. ¿Está de acuerdo?

R. Hasta cierto punto, sí. Cuando observas cómo el mundo del software ha afectado a la creación de empleo y a la distribución de la riqueza, sin duda las clases medias están sufriendo y la concentración de la riqueza en pocas manos se está acentuando. Es un tema que toqué en mi libro El gran interruptor. El crecimiento que experimentó la clase media tras la II Guerra Mundial se está revirtiendo claramente.

P. Internet también ha creado un nuevo fenómeno, el de las microcelebridades. Todos podemos hacer publicidad de nosotros mismos y hay quien lo persigue con ahínco. ¿Qué le parece esa nueva obsesión por el yo instigado por las nuevas tecnologías?

R. Siempre nos hemos preocupado de la mirada del otro, pero cuando te conviertes en una creación mediática -porque lo que construimos a través de nuestra persona pública es un personaje-, cada vez pensamos más como actores que interpretan un papel frente a una audiencia y encapsulamos emociones en pequeños mensajes. ¿Estamos perdiendo por ello riqueza emocional e intelectual? No lo sé. Me da miedo que poco a poco nos vayamos haciendo más y más uniformes y perdamos rasgos distintivos de nuestras personalidades.

P. ¿Hay alguna receta para salvarnos'?

R. Mi interés como escritor es describir un fenómeno complejo, no hacer libros de autoayuda. En mi opinión, nos estamos dirigiendo hacia un ideal muy utilitario, donde lo importante es lo eficiente que uno es procesando información y donde deja de apreciarse el pensamiento contemplativo, abierto, que no necesariamente tiene un fin práctico y que, sin embargo, estimula la creatividad. La ciencia habla claro en ese sentido: la habilidad de concentrarse en una sola cosa es clave en la memoria a largo plazo, en el pensamiento crítico y conceptual, y en muchas formas de creatividad. Incluso las emociones y la empatía precisan de tiempo para ser procesadas. Si no invertimos ese tiempo, nos deshumanizamos cada vez más. Yo simplemente me limito a alertar sobre la dirección que estamos tomando y sobre lo que estamos sacrificando al sumergirnos en el mundo digital. Un primer paso para escapar es ser conscientes de ello. Como individuos, quizás aún estemos a tiempo, pero como sociedad creo que no hay marcha atrás.

martes, 15 de febrero de 2011

Neurolideratge

El neurolideratge és el poder del cervell al servei del lideratge i de la felicitat a la vida i a l'empresa. En parlem amb Sílvia Damiano, experta en el cervell humà, Albert Figueras, farmacòleg i autor de "Pequeñas grandes cosas - tus placebos personales" i Josi Hernansàez, fundador de Agima i organitzadora de la 1a Jornada de Neurociència: Talent i transformació. Escoltem també la reflexió de Francisco Mora, professor de la Facultat de Medicina de la Complutense de Madrid i autor de "Como funciona el cerebro".

ÀUDIO (ESCOLTA'L):   http://www.catradio.cat/audio/490117/Lofici-de-viure-El-neurolideratge

Evolució de les polítiques d’educació prioritària davant del repte de la igualtat

FONT: http://www.debats.cat/cat/index.html


Jean-Ives Rochex ha participat en una recerca comparada en vuit països d'Europa (França, Anglaterra, Bèlgica, Portugal, República Txeca, Romania, Suècia i Grècia), finançada per la Comissió Europea, i que tenia per finalitat estudiar com han evolucionat les polítiques educatives d'atenció preferent.
Segons aquesta recerca, al llarg del temps ha canviat el que s'entén per polítiques educatives, el seu objectiu polític i les seves argumentacions científiques. Però, malgrat aquests canvis, les polítiques d'atenció preferent s'han continuat anomenant de la mateixa manera.

Per a Jean-Ives Rochex hi ha tres edats o models de polítiques educatives, que són els següents.

Primer model: compensació

• Les polítiques d'atenció preferent neixen cap a la dècada del 1970, primer en països que, després de la Segona Guerra Mundial, s'havien preocupat de crear un estat del benestar que millorés les condicions socials de la població. França i Anglaterra són els primers països que les posen en marxa.

• Dins del model d'estat del benestar, es marca com a objectiu que tothom tingui accés a l'educació (primària i primer cicle de secundària). Es busca posar fi a la desigualtat d'accés a l'educació, però es genera una nova desigualtat: la dels resultats. No tothom que accedeix a l'educació aconseguirà bons resultats.

• Buscant eliminar les desigualtats de resultats, s'estableixen les primeres polítiques d'atenció preferent. En aquest primer model, aquestes polítiques tenen caràcter compensatori: s'ha de donar més (en l'àmbit educatiu) als alumnes que tenen menys, que tenen mancances en el procés socialitzador i que obtenen pitjors resultats.

Les polítiques de caràcter compensatori actuen sobre:

• Les diferències socials (o les diferències lingüístiques, segons els país).

• Àmbits territorials on es concentra la població afectada per aquestes diferències. Són polítiques urbanes, sobre determinats barris, que van acompanyades d'actuacions en altres àmbits (urbanístic, per exemple).

• Els centres escolars. Es demana que els centres aportin idees originals concretes que després es puguin estendre a altres centres.

Aquest model d'atenció preferent va generar molt debat entre els especialistes, perquè davant dels qui defensaven l'atenció compensatòria, hi havia qui considerava que aquesta atenció continuava mantenint les desigualtats, i que era més democràtic lluitar contra les desigualtats per a transformar-les, que no pas aplicar polítiques per a compensar els dèficits dels que patien les desigualtats (la idea transformadora davant de la idea correctora).

Segon model: equitat

• Es genera davant de la idea que cal posar fi a l'estat com a prescriptor de normes. La tendència és considerar que el sistema educatiu pot funcionar amb unes normes de quasimercat, seguint les lleis de l'oferta i la demanda. Les famílies han de tenir llibertat per a triar el centre educatiu i el recorregut escolar, i les escoles han d'oferir una oferta diferent per a atreure l'alumnat. Hi haurà competitivitat i la qualitat emergirà d'aquesta competència.

• En aquest model educatiu, el que és important no són les normes establertes a priori, sinó l'avaluació dels resultats (que ha generat informes com ara el PISA). Aquestes avaluacions s'entenen no com a eines de coneixement, sinó com a eines transformadores.

• El model d'atenció prioritària que apareix en aquest model educatiu és el de l'equitat: tothom ha d'aconseguir uns mínims; tots els alumnes han de tenir unes competències bàsiques per a no ser víctimes de desigualtats socials.

• És un model de caràcter epidemiològic. Neix el terme alumnes amb risc d'exclusió social. És com si aquest tipus d'alumnes incubés un virus que en qualsevol moment es pot declarar. S'actua sobre la «malaltia», però no se'n busca l'origen. No preocupen les desigualtats socials, sinó com serà en el futur l'alumne amb risc d'exclusió social.

• El model d'equitat s'ha demostrat ineficient per a posar fi a les desigualtats escolars. A França, per exemple, ha augmentat el nombre d'alumnes excel·lents, però també el volum dels que obtenen pitjors resultats.

Tercer model: atenció individual

• Esborra qualsevol referència al territori per centrar-se en l'individu. No es lluita contra les desigualtats socials o l'exclusió, sinó que es busca maximitzar les possibilitats de l'individu.

• No es pot parlar d'un tipus de polítiques d'atenció preferent, sinó de múltiples accions. Els programes es fragmenten (es fan polítiques segons l'origen de l'alumne, per sexe, per discapacitat, etc.).

• No es pot parlar d'una política de servei públic, sinó de polítiques per a servir un determinat públic en cada cas.

• Apareix el concepte alumne amb necessitats educatives especials. Es posa èmfasi en la detecció i a fer adaptacions curriculars per a cada categoria.

Algunes consideracions sobre els diferents models

• No sempre els alumnes que tenen menys nivell material han de ser els que treuen pitjors resultats. A més, les mancances materials no sempre són tan importants com les mancances emocionals.

• Quan es fa una pedagogia de mínims i se sobreentrenen els alumnes que obtenen pitjors resultats en coneixements de nivell baix per tal que superin un currículum de mínims, al final això passa factura, perquè no han fet una adquisició intel·lectual. Aquests alumnes passaran de curs, però després no aprovaran i augmentarà el sentiment de fracàs.

• Les polítiques per a permetre que siguin les famílies les que triïn els centres educatius, argumentant qüestions democràtiques, han augmentat les desigualtats socials i la segregació. Gràcies a aquestes polítiques, al final són els centres els que trien els alumnes.
Dimecres 26 de gener de 2011
Auditori del MACBA (Barcelona)

lunes, 14 de febrero de 2011

Teoría de los colores, por Andrés Ibáñez



FONT:http://www.abc.es/abcd/noticia.asp?id=15836&sec=32,  06 de febrero de 2011 - número: 983






Acabo de conseguir, por esas magias de Amazon.com, un ejemplar de tercera o cuarta mano del rarísimo libro Investigaciones sobre los colores de Adrian Unger en su traducción inglesa. Pero tampoco en su lengua original resulta fácil encontrar esta obra, publicada en 1939, y cuya existencia yo desconocía hasta hace unos meses. Porque han tenido que pasar meses, casi un año, para que los expertos detectives librescos de Amazon.com rastrearan en las librerías de medio mundo hasta conseguir dar con el título solicitado, un ejemplar bastante desgastado que proviene de una librería de Hay-on-Wye y que perteneció a una tal Sally Dortfield que, por lo que dejan entrever sus subrayados y notas, no pasó en su lectura de la página 46.

Los fieles lectores de la Tortuga Celeste (raza, quizá, tan rara como la de los lémures o los atlantes) recordarán que hace un par de años comentamos en esta misma columna la obra más famosa de Adrian Unger, las Investigaciones sobre la mirada. El libro sobre los colores no es menos original. Su tesis es sencilla o, mejor dicho, puede explicarse de forma sencilla: que los distintos colores del espectro tienen una influencia directa sobre nuestro estado de ánimo y tienen además el efecto de estimular diversas áreas cerebrales.

Influencia fisiológica

El rojo, el amarillo, el azul, el dorado, el rosa, afirma Unger, no son un mero accidente, una mera característica de nuestra forma de percibir la realidad física. Los distintos colores tienen una influencia fisiológica directa en el funcionamiento de las glándulas del cuerpo, y su percepción es fundamental no solo para la salud del cuerpo, sino también para la sanidad mental. Las personas más felices y más inteligentes, afirma Unger, ven más colores y más brillantes. Una de las características de la depresión es, como suele decirse «verlo todo negro», del mismo modo que los enamorados «ven el mundo color de rosa». Unger afirma que dichas expresiones del lenguaje popular tienen un exacto correlato fisiológico. De acuerdo con el sistema de Unger, el rojo estimula las glándulas sexuales, el anaranjado el páncreas, el amarillo las glándulas suprarrenales, el verde y el rosa el timo, el azul turquesa las glándulas paratiroides y el tiroides, el azul añil la pituitaria, el dorado el hipotálamo y el violeta la glándula pineal.

Las explicaciones fisiológicas de Unger, sin duda, deben de estar pasadas de moda, y una revisión a la luz de los conocimientos modernos introduciría no pocas modificaciones. Es fácil constatar que Unger sigue en su explicación el orden de los colores del espectro, del rojo al violeta, pero también hay para él tonos «compuestos» y «complementarios» (el verde/rosa asociado con el timo, por ejemplo), así como «iris» asociados con ciertos plexos nerviosos como el solar y el cardíaco.

Hormonas «de placer»

De acuerdo con Unger, los seres humanos necesitan dos tipos de colores: los que provienen de los sentidos externos y los generados internamente por la actividad neuronal, tales como los colores recordados, los que vemos en los sueños y los que se producen en la superficie de los globos oculares con los ojos cerrados. Una de las funciones del arte, afirma Unger, es crear hermosos colores por medio de pinturas, ilustraciones, vitrales, tapices, poemas y novelas.

Así, gran parte de la fascinación que nos producen los poemas de Goethe, afirma, proviene de su familiaridad con el mundo de los colores. El estímulo de la percepción interna del color produce un estado de bienestar físico y estimula además la producción de hormonas «de placer». Este bienestar trae, además de claridad intelectual, ese sentimiento de exaltación que asociamos con el amor en sus dos variedades, el romántico, que Unger asocia al rojo y al rosa, y el «sublime», que tiene tres gradaciones, verde (a la naturaleza), azul (a la humanidad) y violeta (a la divinidad).

miércoles, 2 de febrero de 2011

Alerta en Europa por el elevado fracaso escolar, concentrado en los extranjeros

Estrategia europea para el año 2020 

FONT: http://edicionimpresa.lavanguardia.es/premium/epaper/20110201/54109010456.html

Los inmigrantes abandonan


JOSEP PLAYÀ MASET BEATRIZ NAVARRO - LA VANGUARDIA, 1 de febrer de 2011, Barcelona / Bruselas

ABANDONO Más de seis millones de jóvenes de 18 a 24 años no acaban sus estudios de secundaria
DIFERENCIAS El 26% de jóvenes extranjeros de la UE fracasa, frente al 13% de los nativos
El fracaso escolar es hoy en día un pasaporte exprés hacia la precariedad, advirtió ayer en Bruselas la comisaria europea de Educación, Androulla Vassiliou. Más de seis millones de jóvenes abandonan cada año los estudios sin concluir la secundaria y ello supone un obstáculo serio para el desarrollo económico y social y para un crecimiento sostenible. Un handicap que se agrava por la concentración de ese fracaso entre los jóvenes de origen inmigrante, con tasas que doblan las de los autóctonos.
Es un sector de la población "en riesgo de acabar en el paro, o vivir en una situación de precariedad o pobreza, o dependiente de las ayudas sociales", dijo Vassilou. Estudios oficiales elaborados en Finlandia y Holanda indican que cada una de estas personas acaba costando al Estado un millón de euros a lo largo de toda su vida. "Es una tendencia inasumible", resumió la comisaria. Los datos proceden de la Encuesta Europea sobre las fuerzas de trabajo y han llevado a la UE a incluir en la llamada Estrategia Europa 2020 el objetivo de reducir la tasa media de abandono escolar, ahora en el 14,4%, a menos del 10% de media. José Manuel Barroso, presidente de la Comisión Europea, declaró ayer que "Europa no se puede permitir olvidar a tantos jóvenes con potencial para contribuir al desarrollo de nuestra sociedad y nuestra economía". Y la comisaria de Educación, Cultura, Multilingüismo y Juventud, Androulla Bassiliou, añadió que "bastaría con reducir un punto porcentual la proporción de los que abandonan prematuramente los estudios en Europa para que el número de jóvenes cualificados aumentase en casi medio millón cada año".

La situación es aún más preocupante entre los jóvenes de origen inmigrante. El 26% de los extranjeros de la UE de 18 a 24 años ha abandonado el sistema escolar sólo con un título de primaria o han cursado parte de la secundaria o de la formación profesional sin obtener el diploma correspondiente. Entre los nativos ese porcentaje se reduce al 13%. En tres países, España, Italia y Grecia, el fracaso entre los jóvenes inmigrantes supera el 40%. Un porcentaje que también se da en Macedonia y Turquía. En general esta proporción entre nacionales y extranjeros se mantiene en la mayoría de países con algunas excepciones como Portugal, Gran Bretaña o Noruega, donde incluso es mayor el fracaso entre los nativos. También sucede lo mismo en Rumanía, aunque en ese país la tasa de fracaso se da sobre todo entre la minoría rom.

La UE no entra en el análisis de esas diferencias aunque apunta a las condiciones socioeconómicas familiares como una de las causas de ese fracaso. Y es evidente que los inmigrantes, especialmente aquellos que han llegado más recientemente, tienen un nivel sociocultural más bajo y viven en condiciones más precarias. Otro elemento que no aparece en el documento pero que otros estudios han demostrado que era de gran relevancia en países como España es el fenómeno de la reagrupación familiar. Los jóvenes que llegan en edades comprendidas entre los 10 y los 15 años sufren un shock por el cambio de costumbres y de métodos educativos (vienen de países con sistemas educativos más flojos o no han estados escolarizados los suficientes cursos), a menudo también de lengua, y muchos no llegan a adaptarse. Cuando alcanzan los 16 años, límite de la escolarización obligatoria, abandonan el sistema educativo. Ni las aulas de acogida ni otras medidas de refuerzo han impedico la guetización de algunos centros y una caída importante en el rendimiento escolar.

El último informe PISA, la macro evaluación de la OCDE que mide el nivel de comprensión lectora, de matemáticas y de ciencias de los alumnos de 15 años, también reveló que los estudiantes de origen inmigrante obtienen peores resultados académicos. De los 65 países analizados en el informe, España es uno de los que presenta una mayor diferencia de resultados entre alumnos inmigrantes y autóctonos. La media de la OCDE en lectura, el área en el que se centraba el último informe PISA, es de 494 puntos. Los inmigrantes sacan 43 puntos menos en esta materia de media. En el caso de España, con una media global en lectura de 481 puntos (puesto 33), la diferencia de puntuación llega a los 56 puntos. Italia (72 puntos), Finlandia (70), Austria (67), Suecia (66) o Francia (61), aún presentan más desigualdades en este sentido. Una desigualdad que en Catalunya es más preocupante. Mientras los alumnos de 15 años nativos alcanzan los 507 puntos en lectura - lo que situaría a Catalunya al nivel de Holanda, que ocupa el puesto número 10 en la clasificación de 65 países-,los chicos inmigrantes residentes en esta comunidad se quedan en 421 puntos. Este dato sitúa a Catalunya como la segunda comunidad autónoma con mayor diferencia de resultados entre inmigrantes y nativos. Los expertos aseguran que el sistema educativo ha fallado a la hora de acoger estos alumnos, se ha visto desbordado con la llegada masiva de estudiantes de fuera en un corto periodo de tiempo de no más de diez años y no ha reaccionado con rapidez al fenómeno.

Aun así, el país de origen no es el factor que genera mayor desigualdad en las puntuaciones de los alumnos. El nivel sociocultural de los padres continúa siendo la clave. En España, los alumnos cuyos padres sólo tienen estudios primarios obtienen 407 puntos de media en lectura, mientras que los chicos con padres universitarios llegan a los 504 puntos; una diferencia de 97 puntos, lo que equivale a un curso entero. Las diferencias se agrandan si se contempla la media de la OCDE, con un salto de 120 puntos entre uno y otro grupo de alumnos. El sexo del alumno es el elemento que menos influye en los resultados académicos, con sólo 29 puntos de distancia en España (39 en la OCDE).

La UE teme el coste social del abandono y reclama más prevención

B. NAVARRO - Bruselas. Corresponsal

Las expectativas de futuro de los jóvenes que no han completado la educación secundaria son poco halagüeñas, advirtió ayer la Comisión Europea. Cada vez va a haber menos empleos para la mano de obra poco cualificada y las inversiones en protección social para amortiguar las consecuencias del abandono prematuro de la educación probablemente se van a reducir como consecuencia de la crisis.

La Comisión Europea está convencida de que las medidas de prevención son "mucho más baratas" que asumir luego el coste social de este problema y ayer lanzó un nuevo plan de acción para atajarlo. No incluye grandes novedades respecto a los planes puestos en marcha en los últimos años: más coordinación, detección temprana, intervención preventiva (por ejemplo, con clases de refuerzo de idiomas para los niños de origen extranjero) y seguimiento para dar una segunda oportunidad a quienes se descuelguen de manera prematura del sistema educativo, a través de programas de formación profesional y educación de adultos. 

Los ministros de Educación de los 27 debatirán el fenómeno y sus posibles soluciones en Bruselas en su reunión de mayo. La situación varía enormemente entre los distintos países de la UE y el objetivo es en parte intercambiar "buenas prácticas", es decir, experiencias que han dado resultados positivos en algunos países.
Pero, como recordó la comisaria, tampoco hace falta mirar lejos en busca de inspiración. Dentro de España, resaltó, hay grandes diferencias: el País Vasco, por ejemplo, tiene una media de abandono de apenas el 14%, la mitad de la tasa estatal. Tan variado mapa, se explica principalmente por causas socioeconómicas, en primer lugar por un dato tan revelador como el producto interior bruto. A mayor pobreza, mayor fracaso escolar. A mayores problemas de vivienda, peores resultados escolares. A mayores tasas de inmigración, mayor abandono escolar...

Vassiliou se pronunció sobre la llamada "generación ni-ni" española, jóvenes que ni estudian ni trabajan. La comisaria se mostró al tanto de sus situación y de sus causas, un boom del sector inmobiliario que animó a muchos a abandonar los estudios ante la promesa de un empleo fácil y bien remunerado, y que ahora ha dejado a miles de trabajadores en el paro. En el futuro, cada vez habrá menos empleos de este tipo, por lo que recomendó tratar de volver a atraer a este sector de la población hacia la FP. "En el futuro se necesitarán más calificaciones para lograr trabajo", subrayó Vassilou, partidaria de ampliar la formación a estudios en el ámbito de las artes o los deportes para reintegrar a estos jóvenes en el mercado laboral.

El país está estancado en un 30% de fracaso escolar, a la cola de Europa

España, como Malta

MAITE GUTIÉRREZ - Barcelona

"Para el 2020 el abandono escolar debe ser inferior al 15%", dijo ayer el ministro Gabilondo
España está estancada en un 30% de fracaso escolar desde hace años. Las evaluaciones internacionales alertan una y otra vez del peligro de que casi un tercio de los estudiantes españoles acabe la educación obligatoria sin el título de ESO. El fenómeno nini, jóvenes que ni estudian ni trabajan, es fruto en parte de esta situación. Sin los estudios básicos y sin una formación postobligatoria se hace más difícil encontrar trabajo, tal como pone de relieve la encuesta de población activa. El fin de la época dorada del ladrillo ha dejado a muchos de estos jóvenes que abandonaron los estudios en la estacada.

Este último estudio de la Unión Europea (UE) coloca a España en el grupo de los campeones del fracaso escolar. Junto a España, el dudoso honor recae sobre Turquía (44,3% de jóvenes que no pasan la educación obligatoria), Malta (36,8%) y Portugal (31,2%). Como el vecino Portugal, el fracaso escolar de España también se sitúa en el 31,2%, lo que supone 7 puntos más que en el informe del año 2000. Durante la pasada década, encontrar un empleo poco cualificado en el país era pan comido. Muchos jóvenes dejaron las aulas para trabajar en la construcción o en el sector de la hostelería. Pero la desbandada hacia el trabajo fácil no explica por sí sola este aumento del fracaso escolar. Cambios en los hábitos de estudio y sociales, menor cultura del esfuerzo, llegada masiva de alumnado inmigrante o más permisividad con los jóvenes son algunos de los factores que apuntan los docentes y otros profesionales del mundo educativo.

El ministro de Educación, ÁngelGabilondo, reconoció ayer en declaraciones a RNE la mala situación por la que pasa España en este sentido. "Para el 2013 esperamos que haya una bajada del 10% y para el 2020, desde luego, en España el abandono y fracaso escolar no debe ser superior al 15%", dijo Gabilondo. El ministro espera que el fin del trabajo fácil motive, como ya está haciendo según varias estadísticas, a que más jóvenes se esfuercen por continuar sus estudios. Para Gabilondo, se trata de un problema al que hay que dar respuesta desde toda la sociedad. Países como Austria, Eslovaquia, Polonia, Eslovenia o Finlandia ya han logrado reducir su fracaso escolar al 10%, el objetivo de la UE.

En Catalunya la situación no es tan alarmante, según datos de la anterior Conselleria d´Educació: el 21,4% de los alumnos no logró el título de ESO el curso 2008-2009. Aparte del título de ESO, el otro gran reto es la educación postobligatoria; pocos estudiantes siguen estos estudios.

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Para estudiar es mejor hacer tests que repasar



Practicar lo aprendido con pruebas cortas refuerza la memoria, según los expertos

FONT: http://www.elpais.com/articulo/sociedad/estudiar/mejor/hacer/tests/repasar/elpepisoc/20110130elpepisoc_5/Tes

MALEN R. DE ELVIRA - EL PAÍS- Madrid - 30/01/2011
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El tiempo que los estudiantes invierten en releer o revisar sus notas y material de enseñanza para aprender estaría mejor invertido en hacer tests periódicamente, según un experimento reciente.

El tiempo que los estudiantes invierten en releer o revisar sus notas y material de enseñanza para aprender estaría mejor invertido en hacer tests periódicamente, según un experimento reciente. Los estudiantes que leyeron un texto sobre un tema científico y luego se hicieron una prueba para recuperar de la memoria lo que habían leído recordaron una semana después un 50% más que los que utilizaron cualquiera de otros dos métodos distintos.

En dos estudios distintos, participó un total de 200 estudiantes. Se utilizaron tres métodos: la lectura simple o repetida de un texto, la lectura con el complemento de elaborar mapas de concepto (un método de codificación que consiste en hacer diagramas de las conexiones de lo que se estudia) y la lectura y posterior práctica de la recuperación de los conceptos estudiados. Esto último consistió en que, sin el texto delante, los estudiantes escribieron lo que recordaban de este de forma libre en 10 minutos. A la semana se les hizo a todos un corto test para comprobar lo que recordaban.

Los dos primeros métodos son muy populares y hacen creer a los estudiantes que aprenden mejor de lo que lo hacen en realidad, creen estos expertos. "Cuando los estudiantes tienen el material delante, creen que lo conocen mejor de lo que lo conocen de verdad", explica Jeffrey Karpicke, psicólogo de la Universidad Purdue (EE UU), que ha dirigido el trabajo, publicado en la revista Science. "Muchos estudiantes no se dan cuenta de que guardar el material y practicar el recuerdo es una estrategia de estudio muy potente".

"Este trabajo es interesante en la medida en que revela que mucha riqueza en la adquisición de información no es algo necesariamente positivo, aunque estuvo de moda en educación. De hecho, centrarse en cómo recordar la información relevante parece claramente mejor para afianzar el aprendizaje, al menos a medio plazo", opina Roberto Colom, catedrático de Psicología de la Universidad Autónoma de Madrid. Sin embargo, este experto encuentra un problema en este trabajo: "El test de conocimientos se produce con una semana de separación del evento de aprendizaje, por lo que se abre la posibilidad de que a más largo plazo los efectos de los métodos utilizados se inviertan, algo que puede ocurrir fácilmente". 

Karpicke reconoce que el estudio elaborado (con codificación) es bueno para aprender, pero cree que la recuperación es aún mejor. Sin embargo, reconoce que están viendo la forma de combinar ambos métodos.
Colom cree que sería lo mejor, porque "contraponer los procesos de codificación y de recuperación es bastante poco inteligente". "Sería mucho más relevante probar el efecto combinado de ambos", dice.