Los principios con los que se educa no pueden ser contrarios a la propia relación educativa: nunca fue efectivo el "haz lo que yo digo no lo que yo hago" Somos como nos pensamos y pensamos a los demás, somos lo que les hacemos a ellos.
No existe educación que no parta de una perspectiva responsable, generosa y ética.
Menos es más, el desarrollo personal y profesional no es posible aprendiendo habilidades y conocimientos sin reflexión.
Cada persona puede encontrar en la filosofía y el pensamiento las coordenadas, las instrucciones de uso de la vida, pero la formación requiere directrices y certezas.
Conocer culturas con menor crecimiento económico, pero mayores vínculos humanos, contribuye a practicar el arte de vivir.
Todo sufrimiento es una oportunidad para rectificar los presupuestos que pueden contribuir a equivocar la vida.
Las crisis vitales pueden ser el detonante para enderezar el rumbo, siempre que se traduzcan en mayor felicidad propia y ajena.
Es indisociable el éxito escolar o en la carrera de las bases para ser y convivir ...
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